
Si eres dueño de un negocio o participas en una sociedad, es fundamental entender qué son estos gastos, cómo afectan la carga tributaria y qué implicaciones tienen para los dueños de la empresa.
¿Qué son los gastos rechazados?
Los gastos rechazados son aquellos que una empresa ha incurrido, pero que no cumplen con los requisitos para ser deducidos como gasto necesario para generar renta. Es decir, no pueden reducir la base imponible de la empresa y, en muchos casos, generan un impuesto adicional para los socios o accionistas.
La Ley sobre Impuesto a la Renta (LIR) en Chile establece que un gasto es aceptado si cumple con estos criterios:
– Ser necesario para producir renta
– Tener una relación directa con la actividad económica
– Estar debidamente respaldado y registrado
– No estar expresamente rechazado por la ley
Si un gasto no cumple con estos requisitos, se considera rechazado y puede generar consecuencias tributarias.
Clasificación de los Gastos Rechazados
Existen dos grandes categorías de gastos rechazados en Chile, según el artículo 21 de la Ley de Impuesto a la Renta:
Gastos Rechazados NO gravados con impuestos (Artículo 21 inciso segundo)
Son aquellos gastos que no cumplen con los requisitos para ser aceptados, pero no generan un impuesto adicional. Ejemplo:
- Multas e intereses por atrasos en el pago de servicios.
- Donaciones que no cumplen con los requisitos legales.
Gastos Rechazados gravados con impuestos (Artículo 21 inciso tercero)
Son los gastos que benefician directamente a los socios, accionistas o partes relacionadas y sí están sujetos a impuestos adicionales. Ejemplo:
- Retiros encubiertos o pagos personales del dueño con fondos de la empresa.
- Gastos sin documentación adecuada (sin factura o boleta).
- Préstamos otorgados a socios sin condiciones de mercado.
Estos gastos están afectos a un impuesto único del 40%, que debe ser pagado por la empresa en nombre del socio o accionista beneficiado.
Impacto en la Tributación de Socios y Accionistas
Si una empresa incurre en gastos rechazados gravados con impuestos, los socios o accionistas pueden verse afectados de las siguientes formas:
Impuestos finales + 10%: En términos prácticos, estos gastos se consideran como si el socio o accionista hubiera retirado personalmente dichos montos, por lo que deben ser declarados como renta en el Formulario 22, gravándose con el Impuesto Global Complementario (IGC) o el Impuesto Adicional (IA), según corresponda, con un recargo adicional del 10%. Esto puede implicar una carga tributaria total superior al 44,45%.
Posible fiscalización por parte del SII: Los gastos rechazados son un foco de revisión en auditorías tributarias, por lo que es clave contar con respaldo y justificar correctamente cada 0gasto.
Claves para Evitar Gastos Rechazados
- Llevar una contabilidad ordenada: Todo gasto debe estar respaldado con documentos válidos (facturas, boletas, contratos).
- Justificar la relación con la actividad de la empresa: Antes de incurrir en un gasto, evaluar si realmente es necesario para generar ingresos.
- Evitar pagos personales con dinero de la empresa: Los retiros personales deben registrarse formalmente como dividendos o sueldos y tributar según corresponda.
- Consultar con expertos tributarios: Un asesor contable o tributario puede ayudar a optimizar la carga fiscal y evitar riesgos de sanciones.
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